Publicado Diciembre 11, 2020
El deber ser de los ciudadanos consumidores
Cuerpo
Si este ethos normativo llegase a cambiar por parte de los gobernados, el modelo probablemente respondería de forma violenta, evitando que sus gobernados pasen de ser consumidores, a ser ciudadanos sujetos de derechos sociales. Dado que, el único derecho en el neoliberalismo es el derecho a consumir.

La política de un Estado, en su más amplio sentido, necesita que sus gobernados posean un ethos y cultura en específico, con su respectiva cosmovisión, y valores morales. Esto permite que el deber ser del Estado, se complemente y al mismo tiempo, sea legitimado, por el deber ser de los gobernados. Por ejemplo, en un Estado de características hobbisanas (2017), el deber ser del vasallo es desarrollar su vida en plenitud, mientras que la autoridad vela por la monopolización y control de la violencia. En un Estado de bienestar keynesiano, el deber ser del Estado es brindar los derechos básicos y manejar la economía de esos derechos, mientras que, por parte de los ciudadanos, debiesen trabajar y pagar sus impuestos como corresponde. Con esas premisas cabe la pregunta: ¿Cuál es el deber ser del Estado en un modelo neoliberal? ¿Cuál es el deber ser de los gobernados bajo un Estado neoliberal? Para ello, se expondrá y analizará lo que sucede con el Estado neoliberal chileno. 

El Chile neoliberal

En parte del sur de Chile, bajo el lema del emprendimiento, se incentiva a que las personas se dispongan a producir y vender algún bien de consumo (Schild, 2007), como miel de abeja, o servicio de hotelería, que agrega la plusvalía de ser un producto mapuche (Di Giminiani, 2018). Hay una amplia red de créditos e instituciones respaldadas por el Estado, como también propaganda, que incorpora la idea de pedir un crédito, y con ese dinero prestado, emprender (Di Giminiani, 2018). 

En otro ejemplo, Tomás Mulian (2018), describe cómo esta facilidad de acceder al crédito bancario, no es tan solo para emprender, sino que también existe para el mero consumo. Esto provoca que, las personas consuman más de lo que su dinero les permite (Moulian, 2018). Este consumo, viene agregado con valores socialmente simbólicos, propio de un ethos de la opulencia, del derroche, y de la demostración material del éxito. Lo mostrado anteriormente, facilita el consumo y el emprendimiento, mediante el acceso rápido y en grandes cantidades, de crédito. Que como todos sabemos, sufrió una ruptura importante el 18 de octubre del 2019. 

La ruptura

Si bien el PIB nacional crece y crece, la economía familiar cada vez se ve más reducida (Mayol, 2019). El aumento del transporte público, como el aumento en el precio del transporte y con ellos las dificultades de ser propietario de viviendas, entre otros tantos servicios básicos, junto con la abrumadora desigualdad socioeconómica (Cociña, 2017) hizo levantar fervientemente a un porcentaje significativo de habitantes del territorio chileno, pocas veces visto en la historia nacional (Mayol, 2019). Malestar, que como deja en claro Alberto Mayol (2019), tenía claros indicadores de aumento en los últimos quince años. 

Frente al enojo ferviente de la masa social, se sacó a las fuerzas armadas –el ejército, la fuerza a área, y la marina-, con tanquetas, ametralladoras, y escopetas, a la calle. Con el fin de contrarrestar la movilización civil, y hacer que todo fuese como antes de aquel revoltoso día. El mismo jefe de zona militar, dijo que el lunes iba a ser normal. Lo que sucedió después no viene al caso de este escrito. 

Punitivismo correctivo

Como menciona Loïc Wacquant (2012), ese tipo de política y economía bautizado como neoliberalismo, debido a que tiene el objetivo de eliminar todo seguro social estatal y con ello, reconfigurar la sociedad, asociada a un poder punitivo de encarcelamiento y amedrentamiento (Fassin, 2018), muchísimo mayor al que había previamente a la instauración del modelo. Lo cual viene como producto de la inseguridad social, como lo es la dificultad cada vez mayor de obtener recursos básicos, el precio en aumento de la salud y la educación, la dificultad de obtener viviendas (Pérez, 2019) y un sobre endeudamiento para soslayar la decadencia de la economía familiar (Mayol, 2019). Es decir, frente a menos seguridad social, aumenta la violencia, delincuencia y la marginalización, por lo tanto, hay una mayor presencia de políticas punitivistas y castigadoras (Fassin, 2018) por parte del Estado, como también, un control social mediante el terror y el uso de gases lacrimógenos, hacia la parte de la sociedad más desprotegida, incluso en momentos socialmente pacífico. 

Con esto presentado, la presencia militar frente a las revueltas genera mayor sentido. Se puede argumentar, que su presencia estaba para un fin punitivo. Con eso, se trató de imponer el orden social preestablecido. Usar la policía, las fuerzas militares, no para defender a la sociedad contra un enemigo militar externo, o defender a la sociedad de la clase política, o de la clase económica. Sino que aparecieron, para defender el modelo tal cual está. Y porque para eso, como dije en un principio, se necesita tener un perfil de gobernados que tenga un ethos y cultural específica, que corresponde a uno que debiese ser obediente, consumidor, que pide y pide créditos sin parar, tanto para el consumo, para emprender, o como se ha dado más últimamente, para sobrevivir. 

Discusión

En conclusión, el neoliberalismo en su gran conceptualización, tanto como doctrina política y económica, requiere de personas con un ethos y una cultura social, que se rijan bajo cierto prisma valores simbólicos, sociales, y normativos. Si este ethos normativo llegase a cambiar por parte de los gobernados, el modelo probablemente respondería de forma violenta, evitando que sus gobernados pasen de ser consumidores, a ser ciudadanos sujetos de derechos sociales. Dado que, el único derecho en el neoliberalismo es el derecho a consumir.

Referencias bibliográficas

Cociña, M. (2017). Desiguales: Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Di Giminiani, P. (2018). Entrepreneurs in the making: indigenous entrepreneurship and the governance of hope in Chile. Latin American and Caribbean Ethnic Studies, 13(3), 259-281.

Fassin, D. (2018). Castigar. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.

Hobbes, T. (2017). Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.

Mayol, A. (2019). Big bang. Estallido social 2019: Modelo derrumbado-sociedad rota-política inútil. Editorial Catalonia.

Moulian, T. (2018). Chile actual. Anatomía de un mito.

Pérez, M. (2019). “Uno tiene que tener casa donde nació”. Ciudadanía y derecho a la ciudad en Santiago. EURE (Santiago), 45(135), 71-90.

Schild, V. (2007). Empowering Consumer-Citizensor Governing Poor Female Subjects? The institutionalization of self-development in the Chilean social policy field. Journal of Consumer Culture, 7(2), 179-203.

Wacquant, L. (2012). Tres pasos hacia una antropología histórica del neoliberalismo real. Revista Herramientas, 49.