Recordemos que el populismo es una formula política que busca, a través de diversas estrategias, el apoyo y consentimiento de las clases populares para llegar al poder, que siempre es negativo porque hace uso de una serie de estrategias que buscan convencer a los ciudadanos...

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Recordemos que el populismo es una formula política que busca, a través de diversas estrategias, el apoyo y consentimiento de las clases populares para llegar al poder, que siempre es negativo porque hace uso de una serie de estrategias que buscan convencer a los ciudadanos...
De delfín de Pinochet y empleado de los Edwards pasó a alcalde de la comuna más rica del país, logrando hacer todo tipo de vergonzosos shows para lograr notoriedad nacional, como pagar aviones para descontaminar con chorros de agua (¡cuac!). Ni una gota topo suelo y la contaminación quedó donde mismo.
La fama absurda lo llevó a la Alcaldía Mayor de la capital, donde siguió la carrera de mago del absurdo trayendo nieve para que los pobres esquiaran. La nieve se derritió tan rápido como un helado en verano (¡cuac!). Lo grave es que esa hilarante carrera política le dio alas para lanzarse a la presidencia, casi le apunta gracias a Yolito y su combo, Myrian Hernández y otros que hacían el show mientras él reía sobre la plataforma.
Ninguno de esos fracasos lo perturbó. Como niño bobo siguió adelante, sin mirar el pasado.
Pero una nueva idea surgió en su pródiga mente: "la derecha social". Haciendo túneles desinfectantes, abriendo malls en plena pandemia, asegurando ser sujeto de riesgo de COVID se instaló en un hotel de lujo, desde donde hablaba a la TV.Pero aparecieron otros candidatos a presidentes. Uno de ellos era tan locuaz como él: Carter, conocido como el "rey del botox". Otro era el candidato permanente Ossandón. En la cola estuvo Allamand, quien siempre ha soñado con llegar a La Moneda. Lejano, pero no tanto, está el Führer chileno, Kast.
Esta larga cola de candidatos, "Pillín" buscó nuevas magias absurdas. La logró haciendo amistad pública con el delirante Vidal. Ambos hicieron el largo show televisivo de Piti y Poti. No contento con eso, se lanzó como el primer ultraderechista convertido en socialdemócrata.
"Pillín", "Pillín", gracias a esa extraña conversión logró alas nuevas. Pero no le creas, eso se llama populismo y del más terrible. "Pillín" y su sector que acusan de populismo a quienes piden fin a las AFP, que aspiran a educación y salud pública y gratuita, que aspiran a que las grandes empresas paguen sus impuestos, que el agua sea de todos, que la luz y el gas vuelvan a ser estatales, etc.; quiere llegar al poder vestido de oveja, aunque es imposible que se quite su verdadero traje de lobo.
Recordemos que el populismo es una formula política que busca, a través de diversas estrategias, el apoyo y consentimiento de las clases populares para llegar al poder, que siempre es negativo porque hace uso de una serie de estrategias que buscan convencer a los ciudadanos, en especial de los sectores populares y que siempre o casi siempre termina en un fascismo disfrazado de socialismo.
Carlos Mariategui decía que “Cuando sobre los hombros de una clase productora, pesa la más dura opresión económica, se agrega aún el desprecio y el odio de que es víctima como raza, no falta más que una comprensión sencilla y clara de la situación, para que esta masa se levante como un solo hombre y arroje todas las formas de explotación.” Esperemos que esa clase que hoy es inproductora "SE LEVANTE COMO UN SOLO HOMBRE", rechace a este "Pillín" con sus dádivas de espejitos y comprenda que para ellos los trabajadores solo representan "EL DESPRECIO Y EL ODIO" y "QUE (solo) SON VÍCTIMAS COMO RAZA".
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