Francia se ve confrontada hoy en día a diferentes crisis que amenazan su presente y su futuro.

En el ámbito económico, el desastre provocado por cuatro décadas de neoliberalismo en Europa ha fragilizado su tejido industrial y productivo, y por ende el empleo y el nivel de vida de millones de ciudadanos.

La crisis sanitaria desorganiza la economía, hace pagar un alto precio en vidas, contribuye a la incertidumbre y revela el daño causado a la Salud Pública por los gobiernos neoliberales.

Una política exterior que perdió el rumbo y puso a Francia a remolque de los intereses de otras potencias (EEUU, Alemania…), presenta factura: el país se ve sacudido por atentados terroristas que se ensañan con la población.

Es la hora de lanzar la contraofensiva ciudadana. Charles de Gaulle, de quien conmemoramos el 50º aniversario de la desaparición, lanzó en su día El Llamado del 18 de junio de 1940 con el propósito de continuar la lucha por la dignidad y la independencia de Francia.

Hoy, Jean-Luc Mélenchon propone encabezar la lucha por los mismos objetivos, a condición que cientos de miles de ciudadanos firmen junto a él un compromiso: el de no permitir que los intereses egoístas de las multinacionales y el gran capital acaben con los derechos y la democracia en el país de los Derechos Humanos.

De ese modo alcanzar la presidencia de la República será una decisión colectiva, zócalo sobre el cual habrá que construir el vasto movimiento ciudadano que la situación exige y el pueblo reclama.

Uno tras otro van desapareciendo los jefes de Estado, primeros ministros y gobiernos causantes del desastre actual. Queda por saber si seremos capaces de elegir hombres y mujeres portadores de los intereses de cada Nación, de cada pueblo y de la Humanidad toda. Del cambio climático a las guerras, pasando por el neoliberalismo y la pandemia, las amenazas acechan. En Francia, Jean-Luc Mélenchon propone ser el abanderado de las esperanzas populares.

Es la hora de escribir otra página indeleble en la Historia de Francia.