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Los Matte, los Ponce Leroux, los Izquierdo Menendez, Paullmann, los del Río, Sahie, Julito y la Monse, todos asustados porque no tienen candidato de "confianza".
Ayer fue un desastre para el club de los ricos más ricos y para los emergentes que aspiran a mantener sus privilegios a costa de una sociedad empobrecida. En pocas horas cayó, aunque estaba súper caída, la ex funcionaria de las AFP, Rincón. Más tarde, cuando la esperanza estaba puesta en Narváez, y los desesperados testaferros PS y PPD trataban de levantarla del subsuelo, llegó la peor noticia: nadie quiere a Narváez.
Narváez con su fina torpeza, ante la negativa de Boric y Jadue a una primaria con ella, dijo que Boric era "muy arrogante [al] plantearse desde una superioridad”; a Jadue lo trató peor, atribuyó su comportamiento al temor de enfrentarla y que actuó como alguien que "ejerce una autoridad vertical, tradicional, patriarcal”.
Estaba claro que la pobre Narváez no lee los diarios, ni siquiera los de derecha. ¿Quién le puede tener susto a una primaria con una candidata que ni los socialistas la quieren? ¿Quién quiere ir a la fiesta de la democracia con la peor cara de ella? Debe tener claro que la negativa de Boric no es arrogancia, es lastima a exponerla a una masacre.
Como niña pobre, Narváez golpeó la puerta de la DC. Le fue peor. No tenían ni siquiera candidata para darle la mano. Peor aún, le dijeron que su partido no "estaba para la chacota", al pedir socorro tras el rechazo del Frente Amplio y del PC.
Los pobres ricos estaban en crisis.
De la niebla aparecía el rostro humilde de Yasnita. Morenita, gordita, además, diaguita. Ideal para bajar la angustia de los más ricos: mujer y pueblo originario, dos tendencias que se llevan en la temporada, dirán algunos.
Pero Yasnita, se hace de rogar, sibilinamente apunta a un macho de no cumplir con las nobles tradiciones de su partido, no dice nada sobre su deseo secreto, solo espera y desespera a quienes temen los resultados de las elecciones.La televisión, manejada por intereses privados chilenos y norteamericanos están locos porque les dé la exclusiva de su candidatura. Cada día le atribuyen más virtudes.
Hasta el populachero Julito, dijo hoy que era la mejor carta para mantener la gobernabilidad. Sumó más sandeces, todas dirigidas a multiplicar el miedo a la izquierda y convencer que no es bueno que llegue a La Moneda.La pobre Narváez que apeló al respeto a su partido, quedó como Rincón haciendo puchero. Ahora solo brilla la sonrisa de Yasnita.
Lo peor es que la veríamos llegando a La Moneda y tomándose de las manos con la derecha, para luego sacar las fuerzas especiales a reprimir a los inconformes, alegrando de paso a esos pobres ricos que financiarán su campaña.
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