Nicol
Nicol A. Barria-Asenjo

Ensayista chilena, columnista y  colaboradora en Le Monde Diplomatique Edición Chilena.Colaboradora en la Asociación Chilena de Revistas Científicas de Psicología. Asistente editorial en Revista Cuadernos de Neuropsicología - Panamerican Journal of Neuropsychology. Ha participado y dirigido convocatorias nacionales en el campo de la psicología chilena. Cuenta con variadas publicaciones nacionales e internacionales, abordando temáticas de diferentes  campos, entre ellos la investigación científica, el psicoanálisis, la filosofía y la política.

E-mail
nicolbarria05@gmail.com
Este 18 de octubre del 2021, la historia parece retomar su vida, de Norte a Sur, se siente el mensaje del síntoma que no ha logrado sanar, ese síntoma que persiste y que fue identificado por los manifestantes bajo el mensaje “Chile Despertó”, ese Chile despierto retorna pero, ¿De que forma? ¿El advenimiento de la justicia tendrá lugar tras un nuevo despertar social?
Claramente la atención en el proceso Constituyente sirvió a los empresarios y a la elite económica-política para estructurar nuevos planes y proyectos aprobados en el silencio de la ilegalidad y los márgenes que desde temprana data el grupo poderoso ha aprendido a utilizar.
Lo importantes es darnos cuenta de que eso, ese proceso de rendirse, es parte de la repetición histórica que la derecha esperan mantener, mediante la frustración, desesperanza, miedo, angustia, dolor y hambre, la elite económica y política intenta una y otra vez volver a dormir al pueblo. Mantenerse despierto en tiempos donde el voto es fundamental, es el contraataque que la derecha política espera no sentir.
Básicamente la noción de libertad responde a una utopía vendida por la derecha, porque en la practica, es imposible que el pueblo chileno tenga lugar o tiempo de tan solo pensar en su libertad o definir que es libertad para ellos porque las condiciones materiales son siempre deplorables para un gran número de ciudadanos.
El 15 y 16 de mayo del presente 2021 fue la fecha elegida para brindar un contragolpe absoluto al legado de Augusto Pinochet. Esta fecha fue un día de disolver certezas, fragmentar un modelo y hacer temblar a la clase política dominante. La ciudadanía, el pueblo chileno, nuevamente -tal como ocurrió el 20 de octubre del pasado 2020-, dijo ¡No! a una repetición en la historia obscura y sucia del país.
Chile Despertó, otra vez, cuando la elite política creía que el monstruo había sido domado, engañado y manipulado, nuevamente las calles vuelven a ser lugar de encuentro y co-construcción del Chile que queremos y merecemos.