Nuevo Columnista
Rodrigo Karmy Bolton

Doctor en Filosofía, Universidad de Chile. Profesor e Investigador del Centro de Estudios Árabes y del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. En su trabajo se entrelazan el pensamiento contemporáneo con el pensamiento medieval centrándose en la cuestión de la imaginación, en cuyo problema está desarrollando dos investigaciones en torno al pensamiento de Averroes y el acontecimiento de las revueltas árabes del 2010, ambas articuladas en torno al problema de la imaginación.

José Antonio Kast condensa al fascismo neoliberal chileno. Pero que esté condensado en él, no significa que él totalice al fascismo chileno. Este último concierne, tanto al conservadurismo neoliberal (derecha) como al progresismo neoliberal (concertación) que abrazaron..
¿Qué son los Chicago Boys y los economistas con altos cargos en las instituciones del país sino “capital humano” formado en EEUU? ¿Qué es Heraldo Muñoz y el PPD sino el “heraldo” del TPP11 y el interés de las grandes corporaciones trasnacionales?
Si comparamos la declaración Balfour con los Acuerdos del Siglo promovidos por la administración Trump, la discriminación en torno a la vacunación contra el Covid 19 o el actual bombardeo sobre Gaza, se encontrará la misma lógica del borramiento: el pueblo palestino no aparece, no se hace visible.
Se trata de destituir el dispositivo de subjetivación neoliberal que fue impuesto por más de 30 años, tal como lo ofreció la revuelta de Octubre que aún vibra en nuestros cuerpos y que, de seguro, seguirá en pie de guerra contra ese “yo” hipertrófico que, violentamente, sintetizó libertad, empresa y soberanía en la individualidad de un solo cuerpo.
Más que condensa la sangrienta historia de la máquina político-administrativa estadounidense que hoy día, después de largas y sistemáticas intervenciones imperialistas hacia el “exterior”, ha terminado interviniéndose a sí mismo bajo el rostro de Trump.
El discurso neoliberal detesta al pueblo, tanto como lo hace el discurso conservador; si para el primero el pueblo no existe sino mas bien los individuos, para el segundo el pueblo se arraiga en un nómos terrestre. Los neoliberales solucionan el problema negándolo, los conservadores fetichizándolo; los primeros no ven pueblo nada más como la retórica de un candidato a “totalitario”