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Sebastián Soto-Lafoy

Psicólogo UNAB, Chile. Cursando Maestría en Psicoanálisis en Universidad de Buenos Aires. Miembro del Grupo de Estudio Infancias, Psicoanálisis e Instituciones.

E-mail
sebastiansotolafoy@hotmail.com
El neoliberalismo no consiste únicamente en un sistema político-económico que administra bienes y servicios desde una lógica competitiva, mercantilista e instrumental, sino que es un sistema que también produce y administra subjetividades.
Malestar que no es equivalente a una patología psiquiátrica, porque el sufrimiento es parte de la condición humana,y que tampoco se reduce a un hecho individual, aislado de la sociedad, sino que está vinculado, especialmente a nuestro país, a la falta de garantización de derechos sociales (educación, salud, vivienda, pensiones) por parte del Estado, ámbitos  indispensables para el convivir comunitario.
El psicoanálisis puede aportar en la gestación de proyectos colectivos transformadores que se sostengan en el futuro, y, de esa manera, contribuir en la recomposición del lazo social en tanto sostén subjetivo.
En nuestra sociedad las problemáticas relacionadas con la salud mental abundan y se han agudizado en este contexto de crisis socio-sanitaria, por lo que la urgencia por abordarlas desde el Estado es más necesario que nunca.
Lo neoliberal no designa, según esta definición, un poder meramente exterior, sino la voluntad de organizar la intimidad de los afectos y de gobernar las estrategias existenciales. Llamamos neoliberalismo, entonces, al devenir micropolítico del capitalismo, a sus maneras de hacer vivir..
¿No será que cuando un padre o una madre maltrata a su hijo o hija, una intervención más significativa, que simplemente decirle lo que tiene o no tiene que hacer (forma de intervención psicoeducativa), será generar un trabajo que permita a ese adulto reelaborar y resignificar aquellos aspectos dolorosos de su vida anímica ligados a su propia historia..