Periodista latinoamericano residente en Suiza. Acreditado ante la ONU en Ginebra y ante las autoridades federales helvéticas, en Berna. Colaborador regular del cotidiano independiente suizo Le Courrier, así como de swissinfo.ch. Corresponsal de diferentes medios latinoamericanos
Sergio Ferrari

Periodista latinoamericano residente en Suiza. Acreditado ante la ONU en Ginebra y ante las autoridades federales helvéticas, en Berna. Colaborador regular del cotidiano independiente suizo Le Courrier, así como de swissinfo.ch.

Corresponsal de diferentes medios latinoamericanos: Alai, Ecuador; Radio La Primerísima, Nicaragua; Agencia Ecupres, Argentina; Agencia Paco Urondo, Argentina; Agencia APIA, México etc. Colaborador regular en otras agencias, medios y redes como Cohete a la luna, Argentina; El Mercurio digital, España; Rebelión, España etc. Co-presidente del sector prensa de syndicom, sindicato suizo de la comunicación.

E-mail
sergioechanger@yahoo.fr
Europa, nuevamente epicentro mundial de la pandemia, no disimula su creciente preocupación. El aumento en flecha de contagios y de la protesta social, marca ya la cotidianeidad de un continente que podría pagar, en los próximos cuatro meses, el pesado costo de 700 mil muertes adicionales según la Organización Mundial de la Salud. La presencia confirmada en suelo europeo, a partir del viernes 26 de noviembre, de la variante Ómicron agrava aún más la ya preocupante prognosis.
Objeto de deseo para algunos, refugio especulativo para otros, parámetro de las reservas en la mayoría de los bancos del planeta. El oro, sin embargo, sigue siendo un metal de dos caras: la que deslumbra y la del dolor.
En la Conferencia de las Partes (COP26) que se reúne en Glasgow, Escocia, hasta el próximo 12 de noviembre, los reflectores apuntan, esencialmente, a los anuncios y las promesas grandilocuentes de los gobernantes. Las voces críticas del movimiento ambientalista resonaron en Glasgow y en tantas otras ciudades del planeta el sábado 6 de noviembre.
Aunque el planeta agoniza, los remedios son insuficientes. La comunidad internacional intenta de nuevo, esta vez en Glasgow, Escocia, lanzar una terapia. Lamentablemente, casi inofensiva en relación al diagnóstico.
La Tierra se inflama y en muchas regiones del planeta el agua se convierte, de más en más, en un artículo de lujo. El cambio climático interpela a fondo a la sociedad civil internacional que identifica responsables políticos.
Una bomba mediática estalló este martes 12 de octubre. La ONG austriaca All Rise presentó una denuncia contra el presidente brasileño Jair Bolsonaro ante la Corte Penal Internacional (CPI), acusándole de crímenes contra la humanidad debido a su política medioambiental.